La prueba de que la impresión en 3D es un nuevo mundo que está a punto de despegar es que los grandes empiezan a mobilizarse.
Primero vemos a The Pirate Bay diciendo que apuestan por un futuro en el que seamos capaces de crear cualquier cosa en nuestra casa. Para eso crean una nueva sección en su web llamada «Physibles«. Aquí prentenden subir planos 3D de distintos objetos que luego podremos imprimir como nos guste.
Después, el señor Nathan Myhrvold crea una patente destinada a impedir que podamos imprimir objetos por los que no hemos pagado en nuestras impresoras 3D, una bonita forma de embolsarse dinero y de introducir un nuevo DRM en nuestras vidas.
No voy a entrar en ninguna de estas dos polémicas acciones, porque estoy más interesado en ver como cambia nuestra vida de aquí a 10 años cuando tengamos impresoras 3D económicas y que podamos tener en nuestro hogar. Estos dos movimientos sitúan a partes de la industria completamente opuestas en el tablero de juego de este 3D printing.
¿Qué será lo próximo después de este DRM en impresoras 3D?, ¿veremos algún producto que pueda clasificarse como ‘boom de consumo’ en este sector?. ¿Como cambiarían nuestras vidas si, de repente, aparece un hardware de manos de algún gigante tecnológico destinado al consumo general?. Sí, imaginaos un iPrint.
Desde luego es algo digno de ver. Con esta tecnología más evolucionada seríamos capaces de reducir costes de distrubición: una gran compañía podría tener delegaciones encargadas de imprimir en distintas partes del mundo, haciendo que podamos conseguir nuestros objetos mucho antes. Aunque claro, este modelo de negocio podría sucumbir fácilmente ante el espionaje industrial o las filtraciones de los planos de los objetos.
Estamos a punto de ver una revolución. El primero que consiga convencer al mundo de que es así, va a ser el que se lleve el gran botín.
Patentan método para evitar la piratería de objetos
¿DRM en las descargas de objetos 3D? Paso lógico, aunque no deseado
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